El pueblo salteño que esconde el cementerio más alto de Argentina
Ubicado a 2531 metros sobre el nivel del mar y a orillas del río Calchaquí, la localidad del norte salteño de casi 3000 habitantes acentúa su atractivo turístico con rincones únicos.
Cachi , el pueblo salteño de tan sólo 2616 habitantes, prepara su oferta turística para recibir este fin de semana largo de agosto a cientos de viajeros, quienes recorrerán sus rincones y atractivos únicos apostados a 2531 metros sobre el nivel del mar.
Rodeada de picos nevados y cardones autóctonos, su iglesia que data del siglo XVI y hogar del patrono de San José, se alza con el título de Monumento Histórico Nacional desde 1945, lo que impulsó aún más el atractivo por uno de los puntos de la exclusiva Ruta del Vino.
"Cachi es un poblado especial en donde se combinan perfectamente ricos vestigios arqueológicos, testigos de antiguas civilizaciones con un increíble paisaje natural", destaca el portal Turismo Salta en su reseña de viaje.
Con su plaza central, escoltada por bares típicos y una fisonomía de veredas altas y calles adoquinadas, los turistas también podrán acceder al Museo Arqueológico Pío Pablo Díaz , sitio que invita a vivir una experiencia retrospectiva de casi 10.000 años.
"Para los amantes del pasado y la historia, el Museo Arqueológico es algo que se debe conocer. Posee un patrimonio arqueológico que refleja todas las etapas de la historia prehispánica del Valle Calchaquí. Se puede realizar un recorrido de aproximadamente 10.000 años para comprender el rico pasado de esta región", subraya la cartera de Turismo provincial.
Cachi reúne una variada gama de comidas en un paisaje colonial, tanto en hoteles como restaurantes, canterías y comedores.
Su oferta gastronómica incluye platos regionales tales como humitas, tamales, locro o empanadas, así como también postres típicos de la región: mazamorra, la torta de turrón salteño, dulce de cuaresmilla o cayote.
Además, el pueblo apostado a las orillas del río Calchaquí, forma parte de la exclusiva Ruta del Vino , por la que sus bodegas se destacan al momento de encarar la cata de la bebida nacional.
En él se funden estructuras grises y apañadas por el sol cercano, que se entrecruzan con hileras de flores y tributos a los difuntos locales.
"Pocos se animan a subir la loma hasta lo alto. Allí está el cementerio que, lejos de la monumentalidad de los cementerios de Buenos Aires, merece una visita. ¿Cuántas veces has visitado un cementerio tan cerca del cielo?", sentenció un usuario del sitio minube.com
Fuente: El Cronista