Valles, Puna y salinas, una opción para tener en cuenta en estas vacaciones
Muchos argentinos optarán por visitar lugares más cercanos y accesibles.
Muchos argentinos optarán por visitar lugares más cercanos y accesibles.
La variada geografía del Noroeste argentino, particularmente de Salta y Jujuy con sus pintorescos paisajes, atrae y enamora a turistas locales y extranjeros. Por ello, teniendo en cuenta los altos costos que implica salir al exterior, muchos argentinos optarán por visitar lugares más cercanos y accesibles.
Una de las opciones para tener en cuenta es el denominado “Safari de las Nubes”, aventura que nos llevará por valles y quebradas, puna y salinas en el MoviTrack.
Este recorrido ofrece la única posibilidad de combinar tres paisajes imperdibles del NOA en un paseo inolvidable: primero, el “Camino a las Nubes , siguiendo las vías del Tren a las Nubes. Luego el cruce de la Puna por la Ruta 40 donde se podrán observar llamas y vicuñas, llegando hasta el Viaducto La Polvorilla en San Antonio de los Cobres, para luego llegar hasta las Salinas Grandes en el límite con Jujuy.
Apacheta. Foto: Matías Maiztegui
Por último, el regreso a Salta se hace por la Cuesta de Lipán, un descenso de 2.000 metros en 35 Km y la transición del desértico de la puna a la fertilidad de las valles más húmedos para llegar luego al pintoresco pueblo de Purmamarca ubicado al pie del famoso Cerro de los Siete Colores. El circuito finaliza con la llegada a Salta.
El Viaducto La Polvorilla. Foto: Matías Maiztegui
El itinerario
El viaje arranca bien temprano, a las 6.20 de la mañana para realizar la primera parada a las 7 y desayunar en Campo Quijano, localidad conocida como “El Portal de los Andes”.
La historia de Quijano está indisolublemente ligada a la construcción del Ramal C-14 y del Trasandino del Norte (Huaytiquina), ya que la idea de optimizar la vinculación con Chile para propiciar la salida de productos por el Pacífico tenía mucho respaldo a comienzos del siglo XIX y tuvo un importante espaldarazo con la llegada de Hipólito Yrigoyen a la presidencia de la Nación.
El mandatario impuso una nueva concepción respecto al papel que debía cumplir el ferrocarril. Para él, debía contribuir a la integración territorial del país y aportar al bienestar de sus habitantes. En ese marco, Yrigoyen decía que el Trasandino del Norte (Huaytiquina) “debía romper la forma primitiva del solar colonial: una puerta al frente y un larguísimo fondo ciego detrás . Según sus palabras, “había que abrir las puertas al Pacífico para dar salida a la producción y evitar los enormes costos en fletes e impuestos que insumían al darle salida por el puerto de Buenos Aires .
El MoviTrack en la base del Viaducto La Polvorilla. Foto: Matías Maiztegui
Tras pasar la plaza principal del pueblo, es referencia obligada de Hasan, el guía, hacer mención a la réplica de la primera locomotora del célebre Huaytiquina.
La réplica de la locomotora del Huayqiquina en Campo Quijano
A unos tres kilómetros de Quijano, se ingresa a la Quebrada del Toro, que toma su nombre del río homónimo. El recorrido del Movitrack es casi paralelo a las vías del Tren a las Nubes. Y los viajeros pueden observar la impresionante obra que llevó adelante el ingeniero Richard Fontaine Maury, nacido en Estados Unidos.
El viaducto del Toro se sitúa al sur de la quebrada homónima. Fue entre 1921 y 1948 y tiene 224 metros de largo y 19 de alto. Al norte se ubica el de La Polvorilla, cuya imagen es famosa en todo el mundo.
Los cardones embellecen el paisaje con sus flores. Foto: Matías Maiztegui
El proyecto del Huaytiquina se inició el 10 de mayo de 1921. Soportando la rigurosidad de más de 3.500 m.s.n.m. y el inclemente clima con sus nevadas, los 1.300 obreros trabajaron a pulmón, sólo con palas, picos y explosivos para abrir el camino.
Maury nació en Estados Unidos el 18 de diciembre de 1882 y llegó a la Argentina en 1906. Los trabajos del Huaytiquina o Ramal C-14, arrancaron en 1921 y se extendieron hasta 1948. Maury falleció en Córdoba el 31 de julio de 1950. Sus restos descansan al lado de la vía, en Campo Quijano.
Tiene 571 kilómetros, 1.400 curvas, 3.233 metros de dos túneles, 31 puentes de acero que lo constituyen como una de las obras ferroviarias más espectaculares del mundo.
El Tren a las Nubes en el Viaducto La Polvorilla
Para enfrentar los recodos y elevaciones del cordón montañoso, Maury y su equipo, debieron aguzar el ingenio. Como debían evitar pendientes que superaran los 25 metros de altura por kilómetro y no podían usar cremalleras o valerse de curvas mayores a 120 metros de radio, diseñaron un sistema de zig-zag y de rulos que les permitía ganar altura en tramos cortos.
Las Ruinas de Tastil. Foto: Matías Maiztegui
Durante el recorrido por la ruta 51, que va en paralelo a las vías del Tren a las Nubes se hace una parada fotográfica en Chorrillos,para observar uno de los zig zag realizados por Maury. La siguiente parada es en Santa Rosa de Tastil. El sitio preincaico poblado por los Atacamas (o Apatamas) es Patrimonio de la Humanidad, ya que se encuentra dentro del circuito del camino del Inca.
La empresa de viajes y turismo Tastil, ofrece el Safari a los Nubes con la opción de dormir en Purmamarca y al día siguiente recorrer la Quebrada de Humahuaca. El precio de la excursión es de $3.795 por persona e incluye desayuno, almuerzo, snacks y bebidas. Este precio se mantendrá hasta el 30/06/2018. Durante diciembre, enero y febrero, hay una promoción exclusiva para salteños: viajando dos personas, una paga la mitad.
De allí se prosigue viaje para llegar a la Puna y el objetivo es San Antonio de los Cobres. Se hace una visita al viaducto La Polvorilla para fotografiar la imponente estructura y se retorna al pueblo para almorzar.
Piletones en las Salinas Grandes. Foto: Matías Maiztegui
El siguiente punto son las Salinas Grandes, lugar de parada obligada para disfrutar del paisaje y sacar fotos muy divertidas por los efectos que se pueden obtener dada la extensión blanca del salar.
Jugando con los efectos fotográficos en las Salinas Grandes. Foto: Matías Maiztegui
Uno de los piletones de las Salinas
Luego continúa el retorno a Salta por la Cuesta de Lipán, uno de los caminos serpenteantes más atractivos del norte, en solo 35 minutos se descienden 2.000 metros y se puede observar con claridad el cambio geográfico ya que la aridez de la Puna va quedando atrás, dando lugar al verdor de los valles más húmedos de Purmamarca, un pintoresco pueblito y parada obligatoria del recorrido.
La serpenteante Cuesta de Lipán
En Purmamarca se encuentra el famoso Cerro de los Siete Colores, imagen icónica del lugar.
La belleza de Purmamarca y su Cerro de los Siete Colores
Además de sacar fotos, se visita la Iglesia y la plaza, donde se pueden adquirir artesanías representativas de la zona.
Los artesanos en la plaza de Purmamarca
Calles de Purmamarca