"Pepe" Fernández, la última función del campanero del Milagro: conocé su historia
Este año cumple 41 años acompañando a los salteños en cada misa y celebración.
Hace 41 años, cuando llegó por primera vez al campanario de la Catedral Basílica, Pepe Fernández ni imaginaba que allí iban a pasar tantos años y emociones.
A las escaleras al campanario, recordó junto a El Tribuno, las subía corriendo en aquellas épocas. Hoy le cuesta un poco más. "Me retiro feliz y sano sobre todo. Doy las gracias a Dios de que así sea", expresó Pepe a este medio, en una entrevista realizada allí, donde las emociones quedan a flor de piel, en el campanario.
Junto a un grupo de amigos y compañeros de tarea, que ahora deberán seguir adelante con la responsabilidad de mantener los repiques del campanario, Pepe Fernández presentó a tres los 15 campaneros que conforman el equipo. Desde la entronización de las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro los campaneros armaron un cronograma de turnos para cubrir cada uno de los llamados.
El miércoles, en la Noche del Peregrino, Pepe Fernández estará a cargo del Concierto de Campanas, que comenzará a las 23.15 y se extenderá hasta la medianoche. El jueves el andar de las campanas quedará en manos del equipo que sigue sus pasos y Pepe se despedirá del campanario del Milagro realizando la lluvia de pétalos que cierra esta fiesta.
"Para nosotros esto es un apostolado, que tiene un sacrificio, pero con fe y esperanza. Desde acá podemos dar gracias y recibir a nuestros hermanos peregrinos", expresó Pepe, que recordó la primera vez que sintió el llamado a la novena, a través de las campanas, que sintió tan adentro, en el alma.
Pepe Fernández, a lo largo de estos 40 años, vio pasar a cientos de chicos que quisieron sumarse al aprendizaje de hacer sonar las campanas. Para trabajar en el campanario, los 16 voluntarios que forman parte de este grupo se organizan en turnos. El protagonismo de las campanas en la época del Milagro es fundamental. Desde el día de la entronización del Señor y la Virgen del Milagro las campanas son las encargadas de hacer el llamado a la novena, a lo que se suma la tarea de siempre -el cambio de hora, llamado de misa y oración- y finalmente, el Triduo es la franja de días en los que más se trabaja con la llegada de cada una de las agrupaciones de peregrinos y la gran fiesta del 15, el día de la procesión.
Este año, con la partida de Pepe, la dirección de los rebajes de las campanas y la organización de los campaneros se organizará a través de Fabricio Añez y Emanuel Ibáñez. Estos dos jóvenes llegaron hace casi una década, para saber de qué se trataba ser campanero de la Catedral y nunca más se fueron.
Fabricio y Emanuel serán además los encargados de organizar al resto de los campaneros, para el retoque de las campanas y además, la practica necesaria para poder mejorar y aprender el manejo de las campanas. A esta tarea se suma la limpieza y el cuidado de los repiques y las campanas, que por cierto son centenarias. Una reliquia, de las que quedan pocas en las iglesias del país. Entre los atractivos que tiene el Milagro para el mundo está el hecho de que también esta celebración que convoca a miles de peregrinos cuenta con un recital de campanas. Una combinación de sonidos y percusiones que no se repite en muchos lugares.
El recién llegado
Sebastián Balcarce ingresó al toque del campanario en marzo, y ahora ya forma parte del grupo que se encarga del llamado de novena.
Este hombre es remisero en la zona sur de la ciudad. Si bien conocía a Pepe Fernández de una reunión familiar, el día que subió al remise como cliente, Sebastián se animó e hizo la gran pregunta: "¿Puedo ser parte de los campaneros?", y la invitación no demoró. Desde ese momento no paró nunca más. "Nunca había tocado en ningún otro lugar. Estoy muy emocionado porque voy a ser parte del Milagro desde otro lugar", expresó Sebastián, quien, aseguró, no falta a las practicas cada vez que le toca su turno.
Fabrizio está desde hace casi una década en el campanario, y este año junto a 16 compañeros espera seguir aumentando el número para las celebraciones de fin de año. Este joven será el encargado de hacer el rebaje de las campanas el día de la procesión.
Emanuel expresó que el regreso de los campaneros y su trabajo después de la pandemia es una tarea que requiere de disciplina y compromiso. "Venimos de dos años complicados y este año estamos muy esperanzados de que esta fiesta será única", expresó este joven.
Los campaneros del Milagro tienen además un fan. Un niño de 7 años, desde los 4 se para en la plaza y desde allí escucha y hace los movimientos que hacen los campaneros en cada repique. Para fin de año Ian, el pequeño fan, se presenta para brindar con sus ídolos.
Un grupo de retirados
Además de Pepe el campanario despide de sus tareas a otros tres compañeros más que ya llevan 42 y 43 años en este servicio voluntario. "En 1987, cuando nos visitó el Papa, subíamos y bajábamos del campanario, y tuvimos su bendición. Es uno de los tantos recuerdos que tenemos de este servicio", recordó Pepe, que además no duda que es el momento de pensar en un libro que cuente las experiencias vividas en el campanario de la Catedral.
Beto es uno de los campaneros que también se retira. Con 40 años de servicio, este hombre es el encargado de hacer sonar las campanas a las 6 de la mañana. Vidalita es otro de los veteranos que se retira, con 43 años de servicio, y Coco, quien con 44 años también se retira. "Ellos dicen que se van el 15, pero nosotros queremos que estén acompañándonos hasta el 31 de diciembre", expresó Fabrizio, que no duda en señalar que el retiro será de a poco.
Con estas partidas el campanario dice de "a poco" adiós a una gran parte de su historia, principalmente de los inicios de este voluntariado, que con el tiempo va ganando adeptos.
El grupo espera mantenerse con 16 integrantes hasta después del Milagro y espera que hasta fin de año se reintegren algunos miembros que estaban ausentes. "Estimamos que para fin de año seremos 18, porque después del Milagro y con todas la emociones que esto genera siempre llegan voluntarios", expresó Emanuel, que al igual que Pepe sintió el llamado a este voluntariado, así, a través de las campanas.