Argentina rompió el récord al ser la mujer más joven en escalar la cumbre del Everest
María Belén Silvestris se convirtió en la sudamericana más joven al completar el desafío de montañismo conocido como "Seven Summits", que consiste en escalar las montañas más altas de los siete continentes.
Con solo 34 años, María Belén Silvestris hizo cumbre en el Everest y esto marcó el fin de una hazaña que le tomó nueve años de esfuerzo físico y mucho aplomo. El 21 de mayo, se convirtió en la sudamericana más joven en completar el desafío de montañismo conocido como Seven Summits.
Silvestris llegó a Nepal el 6 de abril para completar una compleja etapa de aclimatación. Era la última cumbre del reto que consiste en escalar las montañas más altas de los siete continentes.
Su fascinación por el montañismo la impulsó a comenzar esta aventura en 2015 y, en ese período, llegó a la cima en el Kilimanjaro, en Tanzania (África); le siguió el Monte Elbrus, Rusia (Europa); el Aconcagua (América del Sur); el macizo Vinson (Antártida); el Denali, en Alaska (América del Norte); y el Monte Kosciuszko, en Australia (Oceanía).
"¿Por qué no voy a poder?"
María Belén es de Buenos Aires, pero está radicada, junto con su esposo, en San Pablo, donde trabaja como líder de Marketing.
Aunque siempre le gustó practicar deportes, no se dedicaba al montañismo. Sin embargo, un viaje a China y al Tíbet, hace nueve años, despertó su deseo de escalar la montaña más alta del mundo. En esa oportunidad, la pareja durmió a 500 metros del campo base del Everest y María Belén quedó cautivada con el paisaje y la idea de llegar hasta la cima: "Dije, ‘¿por qué yo no voy a poder subir esto?'. Yo veía la montaña gigante, que desde el lado chino, se ve perfecto, y me dije, ‘yo quiero subir esto, no sé cómo, no sé cuándo, pero lo quiero subir'", contó desde Nepal.
Comenzó a investigar y encontró el desafío Seven Summits. Era un camino largo y difícil para conquistar el Everest, pero estaba determinada a completarlo. Empezó a entrenar, tuvo las primeras experiencias de trekking en Perú. En Kilimanjaro, a 5.895 metros sobre el nivel del mar, descubrió que su cuerpo respondía bien a la falta de oxígeno, un requisito indispensable para los montañistas y una gran motivación para ella, así que fue aumentando el grado de dificultad.
María Belén Silvestris es sudamericana más joven en completar este desafío. (Foto: cortesía de María Belén Silvestris)
Conforme iba avanzando, no solo debía cuidar su cuerpo, sino su mente. Tenía todo el apoyo de sus amigos y familiares, pero necesitaba complementarla con ayuda profesional. "Cuando querés llegar a algo tan grande o extraordinario, vas a pasar por momentos difíciles, vas a sufrir, vas a tener miedos", así que buscó la ayuda de un coach deportivo que la ayudó a fortalecerse.
El siguiente desafío fue su primera montaña nevada, en Rusia. Otro sueño realizado. Y ya estaba lista para el Aconcagua, la montaña más alta de toda América y la más alta después de los Himalayas. "Era un sueño que tenía como argentina", remarcó María Belén. El macizo Vinson fue especial, la tercera cumbre se convirtió en su favorita porque siempre había querido conocer la Antártida y por "los paisajes, la vibra, la logística".
Denali, en Alaska, representó uno de sus mayores retos. Esta escalada le exigía prepararse físicamente para cargar la totalidad de su peso (unos 50 kilos) en equipamiento durante días. "Era algo que me daba mucho miedo porque yo soy bastante chiquita, por eso me dicen ‘la chiqui'", señaló. Después de caminar por horas, tuvo que armar los campamentos con paredes de hielo para protegerse del viento o posibles tormentas. "Fue una montaña muy dura", reconoció.
Se acercaba el tiempo de ir por la sexta cumbre cuando un problema de salud amenazó con interponerse en la meta de María Belén. El 26 de diciembre de 2023, sufrió una conmoción cerebral en Nueva Zelanda.
En su cuenta de Instagram (@belsilvestris), contó que, durante las primeras 30 horas, los pronósticos eran "reservados, que iban desde un derrame cerebral hasta el estado vegetativo", pero tuvo una milagrosa recuperación y salió "intacta" del hospital cuatro días después. "Eso tornó a la montaña que es, supuestamente, la más fácil, en un desafío bastante complicado", señaló. Dudó en escalar el Monte Kosciuszko, en Australia, con solo 2.228 metros de altura, sin embargo, todos los estudios médicos salieron perfectos, así que decidió subir y lo hizo acompañada por su marido.
Hasta la cima del Everest
Al volver a San Pablo, María Belén se planteó nuevamente si debía persistir con su sueño de escalar el Everest. Para asegurarse de que no iba a poner su vida en peligro, se sometió a todos los estudios necesarios. "Gracias a Dios, no me encontraron nada, tanto desde la parte neurológica como la parte cardiológica", resalta. Tenía, nuevamente, la vista fija en la cima.
Escalar cada montaña puede tomar días, semanas, explicó María Belén. Escalar el Everest es totalmente diferente: puede tomar hasta dos meses, dependiendo de las condiciones climáticas y la etapa de adaptación.
Su padre y su esposo la acompañaron a Nepal y se quedaron con ella los primeros 20 días. Su padre estuvo en las primeras dos semanas, subió con ella hasta el campamento base del Everest, a 5.300 metros sobre el nivel del mar. Su esposo se quedó unos días más y completó con ella la segunda fase de aclimatación, durante la que escalan la montaña Lobuche, cerca del Everest, que tiene 6.119 metros de altura.
En la escalada final, contó que tardó seis días en subir al campamento base, los campamentos dos, tres, cuatro y, por último, la cumbre. Para volver a bajar, demoró dos días más. Hizo el Everest con una agencia brasileña y era la única argentina del grupo.
Puede sonar sencillo en palabras, pero no lo fue. María Belén subió 8.848 metros sobre el nivel del mar. Está comprobado que una persona puede sufrir los efectos de la altura después de los 4.500 metros. Ella era consciente de los riesgos, el frío extremo, pero su equipo tomó todas las medidas de seguridad y, por supuesto, contó con la guía de un sherpa.
Con todo, el peligro estaba latente. A 8.600 metros, muy cerca de la cumbre, hubo un accidente en la cornisa Hillary Step. "Un bloque de hielo donde estábamos pisando se colapsó y se cayó. Todos los que estábamos arriba de ese bloque nos fuimos para abajo. Éramos siete personas, de las cuales, gracias a Dios, todos los que estábamos enganchados a las cuerdas de seguridad quedamos colgados, y lamentablemente tres personas que no estaban agarrados a las cuerdas de seguridad fallecieron. El resto quedamos colgando de las cuerdas y gracias a Dios nos pudieron salvar. Ese momento fue muy duro, creí que no iba a llegar. Me marcó para toda la vida", relató. La noticia resonó en los medios internacionales y hay un video en el que se la ve esforzarse por retomar el sendero.
No fue fácil superar esa crisis. Llegar a la cima, el 21 de mayo a las 11, fue una experiencia agridulce, pero consiguió lo que se propuso en el campamento del lado chino, a los 25 años.
Ya en la cumbre del mundo, mostró una camiseta con mucho significado: es la del 10, Messi. "Me la regaló mi marido y con ella ganamos el Mundial", contó. La remera tiene escrito un enorme "gracias" y los nombres de su familia, amigos, todos los que le sostuvieron los brazos en alto durante todos estos años.
"La experiencia de haber llegado es increíble", aseguró María Belén. "Es una felicidad extrema, es un conjunto de emociones que es muy difícil de explicar. Veo lo que pude cumplir y me parece increíble. Me da confianza de decir cualquier cosa que me proponga lo puedo lograr, y eso vale para cualquier persona, no hay que achicarse, hay que animarse y hay que ir para adelante, ir atrás de los sueños", reflexionó./Tn