Empezó cantando en el subte, grabó en Abbey Road y su imagen llegó hasta el Times Square: la historia de Feli Colina
Grabó en el histórico estudio de Londres, y ahora lanzó su gira nacional. Cómo fueron sus inicios, su trabajo junto a Mateo Sujatovich en Conociendo Rusia y la presentación de su nuevo álbum, El Valle Encantado
Entre sus dedos un anillo metálico baila sin parar, lo mira y lo acaricia, como buscando algo de fortuna, es una lagartija plateada que un fan le regaló. "Es medio de la suerte, de la bendición", explica Feli Colina. En su oreja izquierda, un pequeño siku plateado se mueve a su mismo compás, el ritmo lo marca uno de sus temas de El Valle Encantado, el nuevo disco que la hará conectar con la gente por todo el país.
Ya van a ser cuatro horas dentro del estudio, pero para ella se pasan volando. Sacar y poner canciones, sacar y poner instrumentos, el armado de cada show se analiza al detalle. Será una gira que la llevará por Tucumán, Salta, Mendoza, San Juan, San Luis, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y terminará en Niceto en Buenos Aires.
"Fueron tres años de que se revele este nuevo mundo, estas nuevas canciones, aire musical, colores, personajes y temática. Durante ese proceso uno ve de qué va a hablar los próximos dos años. Siento que por un lado se cierra un momento creativo y ahora que salió es la hora de defender eso que uno creó, o expandirlo. Ahora somos siete en el escenario, es la primera vez que trabajo con una banda tan amplia", cuenta la salteña en la charla con Teleshow.
La artista compartió este proceso con su público en Instagram, donde a medida que lanzaba sus temas explicaba cómo fue la creación de cada uno y qué transmite en ellos. Así fue ?desglosando' El Valle Encantado, un disco intimista, folclórico, donde Colina se conecta con la naturaleza y sus sonidos.
Uno de los momentos más especiales fue previo al lanzamiento del álbum, donde lejos de mostrarse eufórica y feliz, como suele hacer la mayoría de los usuarios en esta red social, optó por mostrar su verdadera sensación: "Decidí contar lo mal que me sentía, estaba cerrando un proceso, como una separación o irse a vivir a otro lado. Como lo que implica desprenderse de algo. La salida de un disco marca el final de un proceso introspectivo para darle comienzo a un proceso extrovertido. Unos días antes estaba dando fin a eso, no estaba triste pero estaba dándole un cierre, más ceremonioso. Me sentía más sensible, nostálgica".
Parte de esos sentimientos tienen que ver con el momento en el que comenzó a gestarse este trabajo. Para eso es necesario retroceder poco más de dos años, en plena pandemia, donde el encierro hacía valorar hasta las cosas más simples de la vida. Con esas ideas y vivencias en mente, la banda decidió alejarse de Buenos Aires y de Salta para grabar, así el lugar elegido fue Mendoza. Fueron siete días de ?internarse' y vivir dentro del estudio para lograr el resultado deseado. Desde temprano, en pijama y con una taza de café en la mano, el equipo charlaba cómo serían los temas.
"En el disco hay una cuestión de intimidad y que esté todo cerca e íntimo. La pandemia me hizo valorar mucho el pastito, la tierra, las cosas simples. La flora y la fauna no tienen otro tipo de intervención que la naturaleza misma sucediendo, una sabiduría muy clara y, por alguna razón, cuando la ves sentís calma. Se para el tiempo. Como extrañé esa sensación me sumergí en la propia naturaleza. Lo más cercano que tenía era mi propia humanidad, de ahí siento que queda la naturaleza tan a la vista", explica la cantante que se presentó en el Quilmes Rock 2022.
A partir de este álbum, la artista logró estar abocada 100% a su música y dejar proyectos paralelos como su trabajo como corista en Conociendo Rusia, la banda de Mateo Sujatovich. Así disfruta de uno de los puntos más altos de su carrera.
Sus inicios en la música
La vida parece ser otra en comparación a lo que sucedía ocho años atrás cuando había decidido dejar su Salta natal para instalarse en Buenos Aires para estudiar abogacía y trabajar en un estudio jurídico. Sin embargo todo cambió cuando la echaron y vivió uno de los momentos más duros que definió quién es hoy en día. En aquella situación crucial, la joven descubrió que su pasión iba ligada a la música, decidió probar suerte como cantante y recorrer los subtes de la ciudad para ganar algo de plata para el alquiler.
A lo largo de toda la red de transporte, la joven pasaba de vagón en vagón durante cuatro horas, todos los días, tocando sus canciones. "El subte me posibilitó ser la Feli de hoy, venirme acá a Buenos Aires, tener los meses claves de diciembre de 2014 a marzo de 2015, cuando me echan del estudio de abogados. En ese entonces ya sabía que me gustaba la música y había empezado a componer, pero no había pensado en la música como posibilidad de oficio. Descubrí que trabajar en el subte me servía mucho más que estar en el estudio de abogados, ganaba cinco veces más. Así estuve 3 años en el subte. Con la plata que había ahorrado grabé mi primer disco, y conformé mi banda", recuerda Colina.
Como si fuera obra del destino, todo ese esfuerzo se vería reflejado muy pronto. Con la idea de darse a conocer, la artista ingresó al concurso ?Camino a Abbey Road', el cual ganó y le permitió ir a grabar su álbum Feroza a los estudios de Londres, el cual fue inmortalizado por Los Beatles.
Tal como sucedió en su último trabajo con El Valle Encantado, en aquella oportunidad la artista también se ?internó' en el histórico estudio, una práctica que según ella le permite ahorrar tiempo y a la vez no dispersarse al momento de crear: "Ir a grabar a Abbey Road fue espectacular y eso nos dejó en un contrato con la discográfica que nos acompaña hasta hoy. Todo eso se sostuvo porque ese disco conectó, cambió la realidad. Ese álbum me permite que mucha gente me escuche, una semillita que había puesto dio brote. Ahora lo pienso y me parece un flash".
Más allá de la importancia del ambiente, aquel disco la llevó a estar nominada en los premios Gardel en la categoría "mejor álbum conceptual" e incluso catapultó su nombre a Estados Unidos, donde su imagen aparecía en el Times Square -tras haber sido seleccionada por Spotify-.
- ¿Cuál es tu mayor miedo en tu carrera?
- Estuve mucho tiempo conviviendo con el miedo de que no pasen las cosas y ahora observo el miedo a que si pasen, qué pasaría si pasa. Es un miedo positivo.
- ¿En este nuevo disco diste un giro total de lo que venías haciendo?
- Sí, siento que es re diferente a Feroza, algún hilo conductor hay, pero son discos diferentes. Desde que empecé a hacer canciones que huelo que hay una raíz folclórica en alguna parte, íbamos buscando afinarlo. Las canciones en guitarra que armamos ya tenían su aire folclórico, eran carnavalitos, zambas o chacareras, salieron así, no fueron una decisión, entonces hice una lectura del grupo de canciones y me di cuenta que tenían en común ese folclore, tenia muchas ganas de hacer un disco más de percusiones y voces.
- ¿Cómo se dio la composición de El Valle Encantado?
- Componer es intentar escuchar y leer algo que está en el aire, después pensar cómo será el sonido es tratar de leer qué común denominador tienen las canciones y qué formas de expresarlo tiene uno en ese momento. Es encontrar qué no conté antes, qué no sentía antes que sí ahora, que no me gustaba antes que sí ahora. Tener tiempo para tocar el material te hace darte cuenta de que ya se exploraron ciertos timbres, estos colores, esta temática. Por eso toma el tiempo que toma.
- ¿Qué lectura hacés de la música que hoy es mainstream?
- Yo creo que hay una sonoridad mainstream que se devela cuando las publicidades usan ese tipo de música, ahora hay publicidades que usan el trap. Ya cuando la publicidad se hace de un género indica que ese está siendo mainstream. Son recursos de la época. Que haya más propuestas diferentes es una responsabilidad que tenemos como sociedad. El mainstream se genera porque las industrias, como empresas que no tienen que ver con lo sensible, siempre le va a dar al público lo que pide y si el público pide siempre lo mismo se le va a dar siempre lo mismo. El problema es que la mayoría consuma lo mismo. Por un lado hay un poco de responsabilidad en la industria.
- ¿Hay chances de que nuevos géneros se transformen en lo mainstream?
- También está en uno hacer ese trabajo de buscar más variedad y conocer nuevas cosas, lo mainstream lo marca la demanda. Me pasa con algunas canciones que siento que no dicen nada, tal vez son cosas que no necesito escuchar o para mi son obvias. Hay cosas que no estaban hechas desde la genuinidad eso es una realidad.
Fuente: Infobae