Niños del Llullaillaco / Se conmemoran 20 años de una expedición histórica

 La Doncella, la Niña del Rayo, el Niño y cada uno de estos objetos ceremoniales son resguardados en el Museo de Arqueología de Alta Montaña 

 La Doncella, la Niña del Rayo, el Niño y cada uno de estos objetos ceremoniales son resguardados en el Museo de Arqueología de Alta Montaña 


 En marzo de 1999 un equipo de investigadores emprendió el ascenso al volcán Llullaillaco relevando y excavando un conjunto arquitectónico ubicado en su cima. La expedición estuvo liderada por el Dr. Johan Reinhard y la Dra. Constanza Ceruti, destacados profesionales en el campo de la Arqueología de Alta Montaña y especialistas en el estudio de los “santuarios o adoratorios de altura . Los acompañaron estudiantes de arqueología peruanos y argentinos, conformando un importante equipo de catorce personas, quienes permanecieron dos semanas en la cumbre del volcán, a 6.700 metros de altura, realizando tareas científicas bajo condiciones climáticas extremas.

Los hallazgos realizados por esta expedición posibilitaron al mundo conocer y acercarse a uno de los rituales más importantes realizados en tiempos del Incanato: la celebración de ceremonias en las cimas de sus altas cumbres. Más de quinientos años atrás, en el paisaje de los Andes, el Volcán Llullaillaco, fue el lugar elegido por los Incas para ofrendar la vida tres niños y más de un centenar de objetos que los acompañarían en un viaje sagrado.


Transcurrieron 20 años del descubrimiento, durante los cuales se desarrollaron permanentemente rigurosas tareas de conservación, numerosas investigaciones interdisciplinarias y una gran diversidad de actividades que, a cargo del MAAM, permitieron profundizar y difundir los conocimientos sobre la vida y las creencias de los pueblos que habitaron nuestra región.


Actualmente, la Doncella, la Niña del Rayo, el Niño y cada uno de estos objetos ceremoniales son resguardados  en el Museo de Arqueología de Alta Montaña democratizando y revalorizando parte de la historia que conforma la identidad salteña.


El valor cultural y social de este patrimonio arqueológico nos permite además resignificar un pasado que aún se mantiene vivo en las diferentes prácticas, saberes y materialidades que nos transmiten un profundo mensaje ancestral.


Durante todo el año 2019 el MAAM presentará  charlas y exposiciones recordando esta expedición arqueológica cuyos hallazgos fueron de enorme importancia.


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