Feliz cumpleaños Salvador Mazza Pocitos
Con sendos actos institucionales y religiosos, la localidad fronteriza celebra hoy el aniversario de su fundación, que fuera determinada por ley provincial.
Un ir y venir apurado y ansioso de hombres y mujeres que sobre sus espaldas cargan esa mercadería que al negociarla de uno o del otro lado de la frontera, representa el sustento diario de sus familias.
Destartalados vehículos que soportan estoicamente el peso y el volúmen de los más variados productos que van y vienen desde Argentina hacia Bolivia y viceversa; el olor penetrante de las hojas de coca que se mezcla con el olor de la comida sustanciosa que se percibe en cada punto de esa frontera interminable, ese inmenso mercado a cielo abierto, ese puente siempre colmado de gente, vehículos y de un movimiento intenso que caracteriza al "Pórtico Norte de la Patria".
Hoy, la localidad fronteriza de Salvador Mazza, con sendos actos institucionales y religiosos celebra un aniversario más de su fundación, que fuera determinada por una ley provincial. Pocitos; así se lo conocía al pueblo que había comenzado a formarse mucho años antes de la fecha que hoy se recuerda. Pocitos se llamaba también a la estación ferroviaria y con ese mismo nombre se identificaban varios de los organismos nacionales que ya funcionaban como la Aduana, La Gendarmería Nacional y la Policía Federal Argentina.
El primer resguardo aduanero data de 1910 y fue ubicado en la margen sur de la Quebrada Internacional y a la cabecera del puente que se construyó años más tarde. Con el primer asentamiento poblacional que se instaló entre la Quebrada Internacional, la quebrada Guancarenda y las vías del Ferrocarril, el Gobierno de la provincia creó una delegación municipal que dependería de Aguaray.
Se dispuso asimismo mensurar los terrenos y disponer los espacios para la construcción de un hospital, una plaza, la Iglesia y una comisaría; este sector se denominó el "Pueblo Nuevo".
La historia de Salvador Mazza, que los chicos y chicas estudian desde los primeros años que transitan los pasillos de las escuelas y colegios de la localidad, dice que en el año 1930 fue designado en su cargo de delegado municipal don José Ernesto Aparicio, quien con madera de su aserradero hizo construir la primera casa municipal; desde su establecimiento distribuía electricidad para el pueblo y fabricó las canaletas que instaló desde la toma de agua para aprovisionar a los primeros pobladores.
Nombres destacados
Entre los nombres destacados de aquel entonces merecen recordarse a Alejandro James (dueño de una fábrica de jabones); don Guillermo Katz y su esposa Adela propietarios de uno de aquellos típicos comercios de ramos generales, "Casa Adela"; Miguel Acosta, dueño de una carnicería y un almacén. Entre los primeros gendarmes se recuerda a Santiago Madeo y don Alberto Cruells, quienes gestionaron la fundación de la primera escuela secundaria.
Otros dos pioneros de apellido Moya y Flores compraron un colectivo para hacer viajes entre Tartagal y Yacuiba, un trayecto que significaba una verdadera odisea y seguramente muchas veces el colectivo debió quedar atascado en medio del barro en esos meses de lluvias intensas.
Y es que criollos e inmigrantes, como sucedió con cada punto del inmenso territorio nacional, decidían echar sus raíces en lugares que de tan difíciles e inhóspitos, parecían imposibles de que fueran elegidos para ese noble fin, el que posibilitó que los pueblos de la Argentina profunda sean, como Salvador Mazza, lo que hoy son y sobre todo, lo que prometen ser a futuro.
La llegada del progreso fue también la llegad del ferrocarril. El 17 de setiembre de 1942 el entonces presidente de la Nación, Ramón Castillo llegaba a bordo del tren, cuya punta de rieles había sido construida hasta el paraje Tobantirenda, 10 kilómetros al sur de la frontera entre Argentina y Bolivia. Desde Tobantirenda fue trasladado hasta el pueblo en el auto particular de un poblador de Salvador Mazza, don Felipe Rodriguez . En el mismo lugar donde décadas más tarde se construiría el actual puente internacional, el presidente Castillo se entrevistó con su par de Bolivia, el General Enrique Peñaranda.
En un acto protocolar ambos mandatarios firmaron un acuerdo binacional para la construcción del ferrocarril que llegaría hasta la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra. En ese acto comenzaba a transitarse el camino de la integración definitiva entre ambas naciones. Los trabajos para la concreción del ferrocarril se iniciaron dos años después y el 27 de setiembre de 1947 el presidente Juan Domingo Perón, junto a su esposa María Eva Duarte, pasaban por Pocitos a bordo del tren presidencial hasta la localidad de Yacuiba; Perón y el presidente de la vecina nación Enrique Herzog dejaban inaugurado así, el tendido del ferrocarril hasta Santa Cruz de la Sierra. /Tribuno