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Alerta en Santa Rosa de Tastil: patrimonio arqueológico corre peligro

La situación encendió alarmas en la comunidad, ya que la actividad ilegal no solo ha alterado áreas protegidas, sino que también ha dejado sin agua a una escuela local.

En un silencioso pero preocupante avance, maquinaria pesada de una minera  comenzó a reactivar una vieja mina de oro en Santa Rosa de Tastil, una zona de alto valor arqueológico y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2014. La situación encendió alarmas en la comunidad, ya que la actividad ilegal no solo ha alterado áreas protegidas, sino que también ha dejado sin agua a una escuela local.

Las máquinas comenzaron a remarcar antiguos caminos en los cerros de Santa Rosa de Tastil, con el fin de abrir nuevamente una mina de oro. Sin embargo, estos trabajos se llevan a cabo en terrenos que forman parte del área de patrimonio de la provincia, rica en yacimientos arqueológicos y cercana a un río que abastece de agua a la comunidad.

Kilómetros adentro de la Ruta Nacional 51, este paraje alberga restos de civilizaciones prehispánicas, que son parte del Qhapaq Ñan o Sistema Vial Andino, un legado invaluable de la humanidad que ahora se encuentra en grave riesgo.

Elsa Zerpa, integrante de la comisión de vecinos autoconvocados de Santa Rosa de Tastil, denunció: "La situación en La Quesera es alarmante. La empresa minera lleva semanas removiendo tierra sin permisos y sin consultar a las comunidades afectadas". Este reclamo fue confirmado por Diego Sberna, director del Programa Qhapaq Ñan Salta, quien presentó una denuncia oficial que llevó a la intervención de la Policía Rural. La inspección confirmó la actividad ilegal, que no solo afectó el curso de un arroyo vital para los lugareños, sino también áreas protegidas.

La empresa minera, que alega contar con permisos, busca reactivar la explotación de oro, plata y cobre en una zona arqueológica y ambientalmente sensible. Aunque solo presentaron una solicitud de cateo, ya han comenzado a construir caminos y remover tierras sin respetar las normativas sociales y ambientales.

Santa Rosa de Tastil, ubicada en la Quebrada del Toro, a 106 km de la capital provincial, es una región conocida por su arte rupestre y por haber albergado a alrededor de 5,000 personas en tiempos prehispánicos, lo que subraya la importancia de proteger este patrimonio.

La comunidad y organizaciones patrimoniales se mantienen alerta, exigiendo que se respete el legado cultural y el derecho de las comunidades a vivir en paz y con acceso al agua, un recurso ahora amenazado por la ambición minera.

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