A 13 años de su partida, el legado del Padre "Chifri" sigue vivo en los cerros
El 23 de noviembre de 2011, el querido sacerdote conocido como el "Padre Chifri", fallecía dejando un vacío profundo en los corazones de quienes lo conocieron.
Hace 13 años, el 23 de noviembre de 2011, la provincia de Salta y el país entero se despedían con tristeza del Padre Sigfrido Moroder, conocido por todos como el "Padre Chifri". Su partida dejó una huella imborrable en la Quebrada del Toro, en especial en El Alfarcito, lugar donde había forjado una conexión única con los habitantes de la región.
El "Padre Chifri" no solo fue un sacerdote, sino un verdadero protector de las comunidades más necesitadas. Su trabajo incansable en favor de los pueblos de la Quebrada fue clave para brindarles una vida digna. Sin lujos ni pretensiones, logró sembrar esperanza y progreso en cada rincón de la zona, promoviendo proyectos educativos y sociales que cambiaron el destino de muchos.
Su cercanía con la gente, su manera simple y auténtica de predicar y su amor por los más humildes lo convirtieron en una figura de respeto y cariño. En El Alfarcito, un pequeño pueblo de Rosario de Lerma, su figura es recordada con admiración, pues allí el padre Moroder no solo llevó la palabra de Dios, sino también programas de asistencia que mejoraron la calidad de vida de los habitantes.
El legado del "Padre Chifri" sigue presente en cada rincón de la Quebrada del Toro, donde su imagen pastoral perdura a través de las generaciones. Hoy, a 13 años de su fallecimiento, la comunidad lo sigue recordando como el curita de los cerros, cuya vida estuvo dedicada al servicio de los más necesitados y cuyo ejemplo de humildad y solidaridad continúa inspirando a quienes le conocieron.