Arroz con leche: un postre delicioso y ¡muy cremoso!
El arroz es un cereal desprovisto de colesterol y con una carga importante de fibra y de energía.
El arroz es un cereal desprovisto de colesterol y con una carga importante de fibra y de energía.
Si al arroz blanco le agregas leche, estas sumándole beneficiosa proteína animal a la proteína vegetal que de por sí ya contiene, además de potentes vitaminas y calcio que le gusta a tus huesos.
Ingredientes:
- 100g de arroz redondo
- 1l de leche entera
- 1 trozo de cáscara de limón y de naranja
- 1 rama de canela
- canela en polvo
- 70 grs. de azúcar
- 25 grs. demanteca
Preparación:
En una olla grande vierte el litro de leche con el azúcar, junto con las ramitas de canela y los trozos de cáscara de limón. Revuelve de vez en cuando, manteniéndolo a fuego medio.
Mientras la leche toma calor, toca encargarse del arroz. Y es en este paso donde abuelas, reposteros, chefs, cocineros aficionados y todo aquel interesado en la materia tiene algo que decir, ya que hay varias maneras de tratar previamente el arroz, y la que escojas determinará el resultado final que tendrá el postre.
Por lo menos hay 4 formas de procesar los granos de arroz antes de que llegue a ser un arroz con leche:
- La técnica del remojo: hay quienes dejan el arroz en remojo de 20 a 30 minutos antes de comenzar a preparar la receta, desechando el agua del remojo una vez que se torne blancuzca.
- La técnica del lavado: hay quienes lavan el arroz en un colador dejándolo unos minutos bajo un chorro de abundante agua, hasta que el líquido blanquecino que suelta los granos se vuelva cristalino.
- La técnica de la cocción anticipada: hay quienes cuecen el arroz tal como se cocinaría para consumirlo como acompañante de otros alimentos, o incluso lo reciclan si les quedó sobrante de alguna otra comida.
- Y la “no técnica : agregar directamente el arroz sin ningún paso previo, no es lo mejor que puedes hacer si quieres lograr una consistencia cremosa pero también saldrá bien.
Escojas una u otra opción, lo importante aquí es saber que las técnicas del lavado y el remojo previos permitirán que el arroz desprenda su almidón para lograr una textura más cremosa del dulce, mientras que la técnica de la cocción o reciclado dará como resultado un arroz con leche más apelmazado. Todo es cuestión de gustos.
El arroz se hinchará y ganará volumen por acción de la hidratación con la leche y mientras esto sucede tu trabajo será vigilarlo, cuidarlo y mimarlo, revolviéndolo de vez en cuando con una cuchara de palo. Si no lo haces, se pegará al fondo de la olla y correrá el peligro de quemarse y quedar incomible. Debes cocinarlo de esta manera durante 55 minutos.
Sabrás si tu arroz está listo cuando la leche se haya reducido considerablemente, aunque no por completo, adquiriendo una textura de arroz cremoso con granos tiernos. Si aún lo sientes duro, déjalo unos 5 minutillos más, pero siempre prevé que la leche no se haya secado en su totalidad, pues una vez retirado del fuego el arroz continuará absorbiendo un poco más de caldo hasta que logre asentarse. Si permites que la leche se vaporice por completo, te quedará muy seco, así que tantea la humedad.
Cuando consigas el punto medio entre ablandado, reducción de leche y humedad, retíralo del fuego y con cuidado escarba para extraer las cáscaras de limón y las ramitas de canela. Ahora lánzale la mantequilla dejando que se derrita con el calor y que se funda con el arroz caldoso conseguido, ¡y que se haga la cremosidad!