A 34 años de la llegada del papa Juan Pablo II a Salta

Fue un 8 de abril de 1987 el día en que el Sumo Pontífice, hoy santo, rezó frente a las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro en la Catedral.

Fue un 8 de abril de 1987 el día en que el Sumo Pontífice, hoy santo, rezó frente a las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro en la Catedral.


A pesar de que el Sumo Pontífice permaneció poco más de 12 horas en la provincia, su recuerdo está vivo y trascendió el tiempo. Los preparativos de su visita comenzó el 14 de enero de 1986, cuando el gobernador de Salta, Roberto Romero, y su esposa Elena Di Gangi, visitaron Roma. Fue entonces, que al recorrer el Vaticano, solicitaron una audiencia con el Juan Pablo II. La audiencia les fue concedida y le pidieron al Papa, en nombre del pueblo católico de Salta, que nuestra provincia fuera incluida entre las que el Sumo Pontífice visitaría en su anunciado viaje a la Argentina, previsto para el 8 de abril de 1987.


Juan Pablo II, con su natural sencillez, escuchó atentamente la petición y muy cordialmente, prometió tener en cuenta la solicitud formulada. El Pontífice aprovechó para expresar su especial afecto por la grey católica “de esa querida provincia argentina, tan rica en fe cristiana”.


Luego surgió la idea de organizar una peregrinación de salteños al Vaticano, cuya misión sería la de lograr un compromiso papal más concreto.


Se hicieron todos los trámites para concretar el viaje a Roma y el 8 de octubre de 1986 partió desde el aeropuerto El Aybal ( hoy Martín Miguel de Güemes) un avión con 300 peregrinos. Viajaron sacerdotes, funcionarios, dirigentes laicos, religiosos, periodistas, sindicalistas y aborígenes. Encabezó la delegación, el entonces arzobispo de Salta, monseñor Moisés Julio Blanchoud.


El 15 de octubre los salteños fueron recibidos en el Vaticano en audiencia pública por Juan Pablo II. Allí, le entregaron al Santo Padre, un álbum con medio millón de firmas, donde le rogaban que honrara a Salta con su visita en abril de 1987.


De regreso a Salta, los peregrinos volvieron con la sensación de que el viaje a Roma no había sido en vano. Si todo salía bien, Salta habría de vivir, en abril de 1987, una jornada histórica, al ser la primera vez que un Papa oraría ante las sagradas imágenes del Señor y la Virgen del Milagro.


Pocos días después, llegó a Salta la confirmación de que Juan Pablo II, el Papa POLACO, iba a llegar a Salta y, con su presencia, escribiría páginas de oro en la historia de una ciudad argentina donde la devoción es un símbolo conocido en todo el país y en las naciones vecinas.


 


Esta nota habla de:

Más de Buenas noticias