Virgen de la Montaña: miles de salteños renovaron su voto de fe

Las muestras de cariño y de fe hacia la Virgen crecen año a año en Rosario de la Frontera. 

Las muestras de cariño y de fe hacia la Virgen crecen año a año en Rosario de la Frontera. 


Un año más miles de fieles renovaron su fe ante la Virgen de la Montaña, como ya es tradición cada quince de agosto.


Este año, mediante la resolución 1136/19, la fecha fue declarada como asueto administrativo municipal por la celebración religiosa.


Para la celebración, mucha gente llegó desde los alrededores, del interior y de otras provincias, quienes se hicieron presentes para pasar el día. La santa misa estuvo a cargo del monseñor Mario Antonio Cargnello.


Las muestras de cariño y de fe hacia la Virgen crecen año a año en Rosario de la Frontera. El Tribuno, allí presente, comprobó tamaña muestra de devoción de todos sin distinción de edad. Largas columnas de los feligreses ascendieron durante todo el día hacia la gruta ubicada en inmediaciones del hotel Termas.


Testimonios


“Yo tengo setenta y dos años, y hace sesenta años que vengo a la Virgencita. Antes veníamos caminando, yo vivo en el pueblo, y desde allí veníamos peregrinando hasta llegar acá, pero ya hace cinco años que venimos en remís o me trae algunos de mis hijos”, expresó Angelina Ayala a El Tribuno.


En cuanto a los pedidos a la Virgen de la Montaña, doña Angelina, dijo que, “es una Virgen muy milagrosa a la que le tenemos mucha fe, nosotros pedimos especialmente por la salud de nuestros hijos, y la nuestra”.


Carolina, hija de Angelina e integrante de la Panadería Social Pan Caliente, dijo que, “hace veintitrés que años que vengo, y me gusta mucho pasar el día acá”.


Cabe señalar que mucha gente, va el día anterior para pasar la noche allí, realizando una velada. Como ya es una tradición, son muchas familias que eligen en devolución a alguna promesa, el acampar allí. También grupos de amigos, aprovechan la oportunidad para reencontrarse en estas fechas.


“Desde muy chico que vengo a esta celebración, desde los ocho o diez años de edad aproximadamente, con mi familia en aquellos años vivíamos acá en Los Baños, y siempre fuimos muy devotos a esta Virgen”, aseguró el docente Fredy Cabrera.


También el feligrés, dijo que, “desde el año 1952 que estamos presentes todos los quince de agosto. Más allá de los pedidos a nuestra Patrona, también he venido a agradecer y pasar este día tan hermoso junto a mi familia”.


Francisca Cuellar, otra devota, expresó, “hace más de quince años que vengo caminando a la Virgen, con toda mi familia, somos dieciséis en total, primero al llegar agradezco, y luego le pido para que tengamos un gobierno mejor, y por la salud de todos los enfermos”.


“Cuando era chica, tuve una quemadura, y no podía mover mi mano ni mis dedos, mis padres me trajeron aquella vez pidiendo a la Virgen para que pueda recuperar mi mano, y ella los escuchó y logré sanar”, dijo emocionada. También, Francisca, dijo que peregrinaba todos los años para llegar al Señor y la Virgen del Milagro en Salta.


La historia de la Virgen


Según el profesor e historiador Pedro, “Todos los 15 de agosto se realiza la tradicional peregrinación hasta la gruta de la Virgen de la Montaña. Para el profesor Juan Carlos Rivas, “tal devoción mariana puede provenir del siglo XIX y aún antes. A la imprecisión cronológica suple una hermosa tradición embellecida aún más con una leyenda que dice que la aparición de la Virgen María es muy antigua, sin que nadie pueda explicar de dónde vino ni porqué apareció allí, en una gruta de uno de los cerros vecinos al hotel”.


“También que un buen día, cristianos devotos consideraron que la imagen debía venerarse en un templo, por lo que debía sacársela de la humilde y pétrea gruta que la alojaba. Pensaron en la iglesia más cercana, la del Rosario de la Frontera, también bajo advocación mariana, y desde la gruta que quedó vacía, fue trasladada en andas hasta la Casa de Dios, en un día que debió ser de extraordinario fervor”, relató el historiador.


“Pero, afirma la hermosa tradición, que más tiempo tardó en dejársela en su nuevo sitial que en desaparecer misteriosamente ante la general consternación de los que pensaron en una desfavorable señal celeste. Y acaso surgió, en más de uno de los habitantes rosarinos, el recuerdo de la castigada Esteco, ya que no en balde eran descendientes de aquellos sufridos moradores de la nueva “Sodoma Americana”. Pero de pronto el temor se trocó en jubilo intenso y la casi increíble noticia circuló de boca en boca con prisa inusitada: la Virgen estaba nuevamente en su gruta”, dijo asombrado.


Según la fuente del historiador, “se sabe que después la imagen fue colocada en el oratorio del hotel, pues las inclemencias del tiempo la estaban deteriorando. Pero fue por muy poco tiempo”. Volvió de nuevo a su gruta tal como lo narra un documento del archivo municipal que dice así: En agosto de 1899 una señora donó, para que fuera colocada en el altar del oratorio del hotel, una imagen de Nuestra Señora del Rosario, para reemplazar una pequeña existente. Entonces la señorita Celina Lezica Alvear pidió al doctor Antonio Palau la autorización para colocarla en un nicho rústico que se construiría a ese efecto.


Fuente: EL TRIBUNO SALTA


 


 


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