Entre la capital y los Valles Calchaquíes, qué ver en Salta

El Museo de Arqueología de Alta Montaña y las panorámicas del cerro San Bernardo, el Parque Nacional Los Cardones y una visita a Cachi. 

El Museo de Arqueología de Alta Montaña y las panorámicas del cerro San Bernardo, el Parque Nacional Los Cardones y una visita a Cachi. 


Dos ejércitos de cardones miran expectantes a quien surca su territorio por la perfecta Recta del Tin-Tin. Son los mismos cactus altos, erguidos, verdes revestidos de espinas doradas, que saludaban con sus brazos en alto a los iban por ese mismo camino a pie, con llamas, hace 600 años.


No hay una curva en esos 19 kilómetros dentro del Parque Nacional Los Cardones, a 3.000 metros sobre el nivel del mar.


Estamos a dos horas y media de la ciudad de Salta, en un cardonal de 10.000 hectáreas.





Cardonde, parte del paisaje de Salta (Booking y Turismo Salta)




El acceso al parque es gratuito. Carece de servicios turísticos pero tiene sendas para andar en aquel aire perfecto del Valle Calchaquí, tratando de descubrir indicios de zorros, pumas, quirquinchos y cóndores. A un lado de la Recta del Tin-Tin aparece un largo cerro como una serpiente vibrante de colores.


Cerca de allí, Ediberto teje y doña Vita habla con turistas en la casa más famosa del Camino de los Artesanos, sobre la ruta provincial 42, entre Seclantás y El Colte. Son el hijo y la viuda del “Tero Guzmán, cuyos ponchos llegaron lejos, a vestir a Los Chalchaleros y a Europa, a presidentes y hasta a los papas Juan Pablo II y Francisco I.





Trabajo en el telar, Salta.




Esta es tierra de artesanos teleros desde tiempos precolombinos (en urnas funerarias se encontraron lienzos rojos), señalada como “cuna del poncho salteño , desde que Güemes lo oficializó como uniforme para sus gauchos.


Todo hacen en la familia: esquilan, tiñen, ovillan, tejen, venden frazadas, alfombras, tapices, ponchos, fajas, picote y barracán. Cerca de Ediberto pastan las ovejas vestidas con la lana de los futuros tejidos.





Los coloridos tejidos en el camino de los Artesanos, parte de las postales de Salta (Booking y Turismo Salta)




Una parada en Cachi

A 20 minutos de allí está la pequeña Cachi, de días despejados y sin lluvia, entre 18 y 27 grados de octubre a marzo, invitando a los visitantes a caminar por los mismos sitios todos los días, hasta que el lugar se vuelve propio, con su tierra blanqueada por el sol, su vegetación tupida y dura, sus muros de piedra y ranchos de barro, su aire de otro siglo, el cielo perfecto, las cruces y los santos, las casas blancas.


Al fin, en la siesta desmayada se entra a la iglesia, para dejarse absorber por la frescura de su penumbra, con dos ángeles de alas azules en lo más alto del retablo y el techo de madera de cardón.





Iglesia de Cachi, Salta.




En el camino a la ciudad de Salta aguarda, emponchada de nubes, la magnífica Cuesta del Obispo. Desde la altura se entrevé el camino que viborea hasta el fondo de un valle de denso verde. Son 20 kilómetros de curvas cerradas por la ruta provincial 33, que conectan el alto valle Calchaquí con el valle de Lerma.


Los niños, la quebrada y el cerro

Tres niños duermen su eternidad en la calle Mitre de la grande y señorona ciudad de Salta, de 437 años de edad y casi 800 mil habitantes. Los Niños del Llullaillaco son una joya arqueológica de más de cinco siglos que permaneció en la cima del volcán del mismo nombre desde que se celebró una tradicional ceremonia incaica llamada capacocha.





El Museo de Arqueología de Alta Montaña en Salta, donde se guardan los restos de tres momias incaicas, Salta.




Allí estuvieron, a 6.700 metros de altura, con muñecos, caravanas de llamas en miniatura y sandalias para su viaje al encuentro con los antepasados y los dioses, y las bajas temperaturas los preservaron. Hace 20 años fueron hallados por arqueólogos y Salta creó el Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM) para que hoy podamos asomarnos al antiguo mundo andino, en sus diferentes salas y en los laboratorios donde están los niños dormidos, con sus cabellos recién trenzados, sus cuerpitos con frío, su piel tersa.





Con sus 260 metros de altura, el cerro San Bernardo propone otra perspectiva. / Cecilia Profetico




En las afueras de la ciudad, unos minutos hacia la Cordillera, el paisaje entero recibe en su regazo un banco de nubes que no se van nunca. Los árboles, los caracoles, los helechos, los líquenes, los insectos y las bromelias, la selva entera bebe directamente el agua fría de las nubes blancas. Todo crece, mojado y henchido de vida, en la yunga de la Quebrada de San Lorenzo. Todo es verde condensado, salpicado de casas. Los salteños van allí a sentir la frescura caminando, montando a caballo, avistando aves o andando en bicicleta.


Los salteños también suben al cerro San Bernardo, en auto o caminando por un sendero de seis kilómetros. O también en teleférico (funciona todos los días de 9 a 18.30 y cuesta $ 250 por tramo).





Nubes invadiendo el paisaje, Salta (Booking y Turismo Salta).




“Mi padre -dice una salteña con el tono más dulce del mundo- me ha contado que cuando inauguraron el teleférico muchos querían ver a las monjitas de clausura desde arriba, en el patio del convento. Era la primera vez que se veía . La intimidad de la ciudad aparece al bajar por el teleférico: las plazas, las calles, los estadios de fútbol, los monumentales caserones coloniales, las cúpulas de las iglesias de San Francisco, San Alfonso, La Merced, la Catedral Basílica




Dos ejércitos de cardones miran expectantes a quien surca su territorio por la perfecta Recta del Tin-Tin. Son los mismos cactus altos, erguidos, verdes revestidos de espinas doradas, que saludaban con sus brazos en alto a los iban por ese mismo camino a pie, con llamas, hace 600 años.


No hay una curva en esos 19 kilómetros dentro del Parque Nacional Los Cardones, a 3.000 metros sobre el nivel del mar.


Estamos a dos horas y media de la ciudad de Salta, en un cardonal de 10.000 hectáreas.





Cardonde, parte del paisaje de Salta (Booking y Turismo Salta)




El acceso al parque es gratuito. Carece de servicios turísticos pero tiene sendas para andar en aquel aire perfecto del Valle Calchaquí, tratando de descubrir indicios de zorros, pumas, quirquinchos y cóndores. A un lado de la Recta del Tin-Tin aparece un largo cerro como una serpiente vibrante de colores.


Cerca de allí, Ediberto teje y doña Vita habla con turistas en la casa más famosa del Camino de los Artesanos, sobre la ruta provincial 42, entre Seclantás y El Colte. Son el hijo y la viuda del “Tero Guzmán, cuyos ponchos llegaron lejos, a vestir a Los Chalchaleros y a Europa, a presidentes y hasta a los papas Juan Pablo II y Francisco I.





Trabajo en el telar, Salta.




Esta es tierra de artesanos teleros desde tiempos precolombinos (en urnas funerarias se encontraron lienzos rojos), señalada como “cuna del poncho salteño , desde que Güemes lo oficializó como uniforme para sus gauchos.


Todo hacen en la familia: esquilan, tiñen, ovillan, tejen, venden frazadas, alfombras, tapices, ponchos, fajas, picote y barracán. Cerca de Ediberto pastan las ovejas vestidas con la lana de los futuros tejidos.





Los coloridos tejidos en el camino de los Artesanos, parte de las postales de Salta (Booking y Turismo Salta)




Una parada en Cachi

A 20 minutos de allí está la pequeña Cachi, de días despejados y sin lluvia, entre 18 y 27 grados de octubre a marzo, invitando a los visitantes a caminar por los mismos sitios todos los días, hasta que el lugar se vuelve propio, con su tierra blanqueada por el sol, su vegetación tupida y dura, sus muros de piedra y ranchos de barro, su aire de otro siglo, el cielo perfecto, las cruces y los santos, las casas blancas.


Al fin, en la siesta desmayada se entra a la iglesia, para dejarse absorber por la frescura de su penumbra, con dos ángeles de alas azules en lo más alto del retablo y el techo de madera de cardón.





Iglesia de Cachi, Salta.




En el camino a la ciudad de Salta aguarda, emponchada de nubes, la magnífica Cuesta del Obispo. Desde la altura se entrevé el camino que viborea hasta el fondo de un valle de denso verde. Son 20 kilómetros de curvas cerradas por la ruta provincial 33, que conectan el alto valle Calchaquí con el valle de Lerma.









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El Museo de Arqueología de Alta Montaña en Salta, donde se guardan los restos de tres momias incaicas, Salta.




Allí estuvieron, a 6.700 metros de altura, con muñecos, caravanas de llamas en miniatura y sandalias para su viaje al encuentro con los antepasados y los dioses, y las bajas temperaturas los preservaron. Hace 20 años fueron hallados por arqueólogos y Salta creó el Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM) para que hoy podamos asomarnos al antiguo mundo andino, en sus diferentes salas y en los laboratorios donde están los niños dormidos, con sus cabellos recién trenzados, sus cuerpitos con frío, su piel tersa.





Con sus 260 metros de altura, el cerro San Bernardo propone otra perspectiva. / Cecilia Profetico




En las afueras de la ciudad, unos minutos hacia la Cordillera, el paisaje entero recibe en su regazo un banco de nubes que no se van nunca. Los árboles, los caracoles, los helechos, los líquenes, los insectos y las bromelias, la selva entera bebe directamente el agua fría de las nubes blancas. Todo crece, mojado y henchido de vida, en la yunga de la Quebrada de San Lorenzo. Todo es verde condensado, salpicado de casas. Los salteños van allí a sentir la frescura caminando, montando a caballo, avistando aves o andando en bicicleta.


Los salteños también suben al cerro San Bernardo, en auto o caminando por un sendero de seis kilómetros. O también en teleférico (funciona todos los días de 9 a 18.30 y cuesta $ 250 por tramo).





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“Mi padre -dice una salteña con el tono más dulce del mundo- me ha contado que cuando inauguraron el teleférico muchos querían ver a las monjitas de clausura desde arriba, en el patio del convento. Era la primera vez que se veía . La intimidad de la ciudad aparece al bajar por el teleférico: las plazas, las calles, los estadios de fútbol, los monumentales caserones coloniales, las cúpulas de las iglesias de San Francisco, San Alfonso, La Merced, la Catedral Basílica.









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Todo en Salta parece eterno, las casas eternamente blancas, pesadas, densas, macizas las tejas rojas, los olivos, los sauces, las montañas, las rejas de hierro, los marcos de gruesas maderas de las ventanas y de las puertas. Desde lo alto del cerro San Bernardo se ven los límites de la ciudad, el camino a Cafayate y a Campo Quijano, y después, el valle que huye. Es el reino de Salta, el reino de “La Linda .





Cerros y cardones en las postales de Salta (Booking y Turismo Salta)




MINIGU A

Cómo llegar. En auto de Bs. As. a Salta son 1.491 km por ruta 9 hasta Rosario, 34 hasta Rosario de la Frontera y nuevamente ruta 9.


En bus (19 a 22 hs), desde $ 4.330 ida en Semicama;$ 5.760 en Suite (Flechabus).


En avión: Aerolíneas, Andes, Jet Smart, Norwegian, Flybondi y Latam vuelan desde Aeroparque, Ezeiza y El Palomar. Ida y vuelta en enero, desde $ 5.384.


Dónde alojarse. En Salta: habitación doble en el Castillo de San Lorenzo, en una villa de piedra señorial del siglo XIX en la Quebrada de San Lorenzo, desde $ 3.500 con desayuno, estacionamiento, wifi, bar con terraza, jardín con piscina. Se permiten mascotas. En Design Suites, en el centro de la ciudad, desde $ 3.300 la habitación doble con piscina, estacionamiento, gimnasio, spa, wifi y terraza (booking.com).





La Merced del Alto, Salta (Booking y Turismo Salta)




En Cachi: habitación doble en hotel boutique La Merced del Alto desde $ 5.150, con desayuno buffet, patios, piscina, jardines, spa (booking.com).


Según Booking.com, la provincia de Salta está en el quinto lugar entre los destinos argentinos más elegidos por la comunidad viajera de este motor de reservas de alojamiento y experiencias. También según esta compañía, Salta se posiciona como uno de los 10 destinos para descubrir en 2020 junto a ciudades de Corea del Sur, Montenegro, Vietnam o Japón.


¿Qué destacan los turistas en Salta? Su arquitectura colonial, paisajes e iglesias, la amabilidad de la gente, su rica historia, gastronomía, cultura y escenarios naturales.


¿En qué época viajan más hacia Salta? Los picos de reservas se dan en julio, enero y agosto.


¿Origen de los turistas que llegan a la provincia? Argentina, Francia, Brasil, Alemania y España, en este orden.


Dónde informarse. www.turismosalta.gov.ar www.maam.gob.ar www.argentina.gob.ar/parquesnaciona les/loscardones


Gustavo Ng / Especial para Clarín




 


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