Día de la Divina Misericordia: cómo rezar la coronilla
La Iglesia Católica celebra la confianza en que la divina misericordia de Dios y su pasión es el precio pagado por los pecados.
La Iglesia Católica celebra la confianza en que la divina misericordia de Dios y su pasión es el precio pagado por los pecados.
Hoy, en el primer domingo después de la Pascua de Resurrección, la Iglesia Católica celebra la fiesta de la Divina Misericordia. Se trata de una jornada donde se recuerda la confianza en que la pasión es el precio ya pagado por los pecados y que, si confían en Jesús como figura salvadora, los mismos serán perdonados.
Según la creencia de la Iglesia Católica, Jesús se apareció a Santa Faustina y le pidió dar a conocer la misericordia divina a través de tres medios: la imagen con la inscripción “Jesús, en tí confío”, la fiesta de la Divina Misericordia, y la oración de la coronilla.
Por este motivo, el Papa Francisco celebró la misa en forma privada por la pandemia de coronavirus y dijo que “la misericordia no abandona a quien se queda atrás”. “Es tiempo de eliminar las desigualdades, reparar la injusticia que mina de raíz la salud de toda la humanidad”, dijo y pidió que aprendamos de esa primera comunidad cristiana descrita en el libro de los Hechos de los Apóstoles donde los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común, repartiendo entre todos según la necesidad.
¿Cómo se reza la coronilla de la Divina Misericordia?
Inicia con la señal de la Cruz
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Padrenuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea Tu nombre. Venga a nosotros Tu Reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén
Avemaría
Dios te salve, María, llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.
Credo
Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, Su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos, está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde ahí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
En las cuentas grandes del Rosario
Padre eterno: Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el alma y la divinidad de Tu amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.
En cada una de las diez cuentas chicas del Rosario
Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Al terminar las cinco decenas di tres veces:
Santo Dios, Santo fuerte, Santo e inmortal, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Puedes añadir al final
Oh, sangre y agua, que brotaste del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de misericordia, en ti confío.
Al terminar haz la señal de la Cruz
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fuente: TodoJujuy