22 de abril: Día Mundial de la Tierra

La idea de un senador estadounidense en 1970 para generar jornadas de enseñanza y concientización ambiental terminó convirtiéndose en un evento global.

La idea de un senador estadounidense en 1970 para generar jornadas de enseñanza y concientización ambiental terminó convirtiéndose en un evento global.


Este miércoles, el Día de la Tierra cumple sus 50 años desde que se celebró por primera vez un 22 de abril de 1970. Pero, ¿cuál fue su origen?


En aquel tiempo, la cuestión ambiental estaba ganando espacio en la agenda pública estadounidense. Solo un año antes, en enero de 1969, un derrame masivo de petróleo había causado estragos en Santa Bárbara, California, y cada vez eran más los grupos que protestaban contra las fábricas contaminantes y las centrales eléctricas, las aguas residuales sin tratar, los vertederos tóxicos, los pesticidas y la pérdida de vida silvestre.


Fue entonces cuando se le ocurrió al senador de Wisconsin, Gaylord Nelson, idear jornadas de enseñanza y concientización en los campus universitarios. Reclutó a decenas de voluntarios, entre ellos el joven activista Denis Hayes, quien a la vez formó un equipo de 85 personas para promover eventos en todo el país.


Eligieron el 22 de abril porque era un día entre las vacaciones de primavera y los exámenes finales, y les pareció que eso potenciaría la participación de los estudiantes.


El nombre ?Día de la Tierra? inmediatamente despertó la atención de los medios nacionales y el movimiento comenzó a extenderse cada vez más.


Se calcula que unos 20 millones de estadounidenses, en ese momento, el 10% de la población total del país, salieron a las calles, parques y auditorios para manifestarse contra los impactos del desarrollo industrial, en una inédita conjunción de republicanos y demócratas, ricos y pobres, habitantes urbanos y agricultores, líderes empresariales y laborales.


A fines de 1970, el primer Día de la Tierra condujo a la creación de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos y a la aprobación de otras leyes ambientales, como la Ley Nacional de Educación Ambiental, la Ley de Seguridad y Salud Ocupacional y la Ley de Limpieza Air Act. Dos años más tarde, el Congreso aprobó la Ley de Agua Limpia. Un año después, el Congreso aprobó la Ley de Especies en Peligro y poco después la Ley Federal de Insecticidas y Fungicidas. Leyes que han protegido a millones de hombres, mujeres y niños de enfermedades y a cientos de especies de la extinción.


En 1990 el Día de la Tierra se vuelve global, cuando un grupo de líderes ambientales se sumó a los organizadores originales para alentar una gran campaña para todo el planeta. Ese año, se movilizaron unas 200 millones de personas en 141 países y los problemas ambientales se reposicionaron en el escenario mundial. La celebración ayudó a allanar el camino para la Cumbre de la Tierra de las Naciones Unidas de 1992 en Río de Janeiro.


También llevó al presidente Bill Clinton a otorgarle al senador Gaylord Nelson la Medalla Presidencial de la Libertad, el mayor honor otorgado a los civiles en los Estados Unidos, por su papel como fundador del Día de la Tierra.


En el año 2000, otra vez la campaña, esta vez centrada en el calentamiento global y un impulso por la energía limpia, logró hacer historia con actos de 5.000 grupos ecologistas en 184 países, aprovechando el poder de Internet para posibilitar debates globales.


El Día de la Tierra 2010, recuerdan los organizadores llegó en un momento de ?gran desafío para la comunidad ambiental? ante ?el cinismo de los negadores del cambio climático, los políticos reticentes, un público desinteresado y una comunidad ambiental dividida?. Pese a todo, ?prevaleció la Red del Día de la Tierra y restableció el Día de la Tierra como un momento importante para la acción global para el medio ambiente?.


Hoy, el Día de la Tierra es ampliamente reconocido como un día de acción para cambiar el comportamiento humano y crear cambios en las políticas globales, nacionales y locales. La lucha continúa con una urgencia creciente, a medida que los estragos del cambio climático se hacen cada vez más evidentes cada día.


Claro que el de 2020 volverá a marcar un hito histórico pero por otras razones: las proclamas y las actividades no podrán realizarse en las calles debido a las restricciones globales impuestas por la propagación del coronavirus. De todos modos, se programaron distintas actividades, charlas, talleres y webinars para mantener vivo el espíritu de aquella jornada de concientización ideada 50 años atrás.


fuente: ÁMBITO


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